Tuesday, June 7, 2011

De "Enterrar el pasado" y otros clichés

Cuando estamos mal, nos hemos equivocado en alguna decisión, la vida nos ha dado golpes duros, siempre encontramos al amigo que nos dice: Tienes que enterrar el pasado y seguir adelante. Con la mejor de las intenciones nos alientan con esa frase con el fin de que “cavemos” y dejemos oculto, tapado, así como un perro con su hueso, todas esas malas experiencias y sigamos adelante con nuestra vida. En los países que han sufrido dictaduras ya se ha transformado en un tópico que todos los políticos en sus discursos hablen de enterrar ese pasado. Cuando Gorbachov propuso sacar el cuerpo momificado de Stalin de la Plaza Roja y enterrarlo, los periódicos titularon: “Gorbachov quiere enterrar el pasado”, queriendo ejemplificar que lo que se quería era dejar atrás la huella del instaurador del régimen soviético.

 ¿Pero el verbo enterrar implica intrínsecamente olvido, quiebre, muerte, el paso del antes al después? ¿Sólo enterramos lo que queremos olvidar? No siempre. El enterrar puede implicar muchas más cosas. Se entierra también lo más preciado, lo más íntimo, lo más importante. Los piratas enterraban sus tesoros, así lo mismo el perro con su hueso, que lo oculta también como medida de protección. Cuando enterramos a un ser querido no pretendemos que desaparezca de nuestra vida, seguir adelante como si no hubiese existido. Es más, están aún más presentes muchas veces que cuando estaban vivos. Adornamos los cementerios con flores, visitamos ese lugar de entierro con devoción. Muchas veces las personas, al morir, al ser enterradas, se ven mitificadas y laureadas de manera casi risible, sólo por el hecho de ya no estar se idealizan. ¿Quién habla mal de un difunto? ¿James Dean o Marilyn Monroe tendrían la misma fama si no estuviesen “enterrados”?. También, en otro ejemplo, cuando queremos plantar algo, enterramos la semilla, la que luego germinará. De ese entierro se generará vida.

¿Qué nos quieren decir, qué buscamos aconsejar cuando se utiliza la expresión enterrar el pasado? ¿Tratarlo como si fuera un muerto? ¿Atesorarlo? ¿Hacer el símil con una semilla para sacar luego frutos de él? ¿Olvidarlo? Quizás sería necesario darle una vuelta antes de volver a dar a este consejo nuevamente.

1 comment:

  1. A veces un funeral es la semilla de un mito, de una leyenda. O cuando enterramos un recuerdo es el nacimiento de un trauma, de una parte que no enfrentamos.

    Me gustó.

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