Responda mentalmente el siguiente cuestionario. Luego analice y vea si usted es parte de esa gran mayoría que se siente menospreciada por aquellos que se declaran aptos para opinar en temas culturales y literarios:
* ¿Ha querido dar su opinión y ha sido invalidada por no ser un especialista?
* ¿Siente que le han dicho o impuesto lo que tiene o no que pensar?
* ¿Ha temido confesar que no le gustó ese libro de moda?
* ¿O quizás ha temido confesar que sólo ha leído lo que está de moda?
* ¿ Le avergüenza que lo tilden de consumidor de cultura comercial?
* ¿Se avergüenza de no entender o no encontrar interesantes a los clásicos?
* ¿Se avergüenza de no haber leído a Proust, Joyce, Faulkner y otros del estilo?
* O si los ha leído, ¿le avergüenza reconocer que no los entendió o dar su propia opinión al respecto?
¿Es que acaso existe una bibliografía específica que leer y comprender para convertirse en un ser opinante en literatura? Lo invito a que si le interesa el tema, busque su propio camino de goce. Lo bonito de da literatura es que ni una biblioteca es igual a la otra y que la combinación de libros es infinita. Busque usted la suya, muéstrela, compártala y, sobre todo, piénsela, analícela y disfrútela.
¡Que el pueblo con aspiración a pensante sea escuchado y no opacado!
PD: Se ruega no tomar muy enserio todo lo anterior. Hay quienes buscan discursos pretenciosos, con mucho adorno y nula sustancia. Yo de adornos paso, me quedo con lo de la nula sustancia.
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