Monday, May 23, 2011

Zapatos Amarillos

Corrió, corrió muy lejos. Si miraba hacia atrás se desmayaba.  Si lo veía se desvanecía. 
-“Mañana es mi cumpleaños, me prometiste zapatos amarillos”- gritó jadeando entre la multitud que le abría paso. Paró de pronto y ahí los vio. Sintió nauseas. Una mujer los llevaba en una bolsa trasparente, los reconoció de inmediato. Abrió su bolso, sacó una delicada cortapluma –“te quiero mucho, no quiero que nada te pase, úsala si te sientes en peligro”- le dijo él tiempo atrás. Entre mareos siguió cautelosa a la mujer. Esperó a que diera la vuelta en una esquina y la acechó –“dame lo que es mío”- gritó enajenada. Esperó medianoche aferrada a la bolsa. Se puso el calzado, se encaramó en el puente –“es mi cumpleaños, me prometiste zapatos amarillos”- saltó. 



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